Carl Durheim (1810-1890) fue el fabricante de los primeros sellos federales. En un libro publicado coincidiendo con BERNABA 2025, la periodista independiente Caroline Doka relata la historia casi olvidada del litógrafo bernés.
Sra. Doka, ¿qué la inspiró a escribir un libro sobre Durheim?
Jean-Paul Bach, Director General de la Fundación para la Promoción de la Filatelia, me propuso la idea de este libro. Como periodista independiente y genealogista entusiasta, me encanta investigar historias olvidadas en los archivos.
¿Cómo fue la investigación?
¡Fue intensa! Como siempre ocurre con las historias que parecen perdidas en el pasado, requirió mucha paciencia, trabajo, persistencia, suerte y, sobre todo, la ayuda de muchas personas. Como no soy un experto en sellos, Jean-Paul Bach me ayudó con ese tema.
¿De qué trata exactamente el libro? El libro va mucho más allá del encargo de Carl Durheim para los primeros sellos federales.
Narra la historia de su carrera profesional como litógrafo y pionero de la fotografía suiza, su vida privada, su familia y su ciudad natal. Por eso se llama "Una historia bernesa".
¿Cómo llegó Durheim a recibir el encargo de imprimir los sellos federales?
Investigamos esta cuestión meticulosamente y con gran esfuerzo. Si bien no hay pruebas definitivas al respecto, probablemente recibió el encargo en cierta medida gracias a las excelentes conexiones de su padre, Karl Jakob Durheim, en la Administración Federal y el Consejo Federal.
Las llamadas emisiones de Durheim son hoy en día uno de los temas de interés más solicitados por los coleccionistas de filatelia suiza. Con este libro, que esperamos que no solo atraiga a los expertos en sellos, queremos presentar a Carl Durheim y sus fascinantes sellos federales a un público mucho más allá del ámbito filatélico.
¿Qué le fascina personalmente de él? La vida de Durheim es una interesante historia moral de la vida en el siglo XIX. A lo largo de nuestra investigación y recopilación de todos los datos previamente desconocidos, Carl Durheim nos fue conquistando como persona. Personalmente, me fascinan su optimismo, su inagotable curiosidad y creatividad, su esfuerzo por ser una persona decente y su pasión por la montaña. Creo que tenía sentido del humor y una personalidad encantadora; no dudo de que me habría llevado bien con él.
