El sistema de campos de concentración y exterminio de Jasenovac representa el paradigma más impactante del sufrimiento serbio durante la Segunda Guerra Mundial (1941-1945). La política genocida del Estado Independiente de Croacia contra los pueblos serbio, judío y romaní se manifestó de forma trágica en el campo de ejecución más masivo del Reino de Yugoslavia ocupado. Durante los 1337 días de existencia del campo de exterminio, se registraron crímenes que siguen siendo indescifrables para la mente humana, incluso hoy en día.
El 22 de abril de 1945 fue el día en que los últimos prisioneros de Jasenovac alcanzaron la libertad. En los últimos días del campo de Jasenovac, se formó un grupo de reclusos bajo el liderazgo de Ante Bakotić, quien, en secreto, en la noche del 21 al 22 de abril, ideó un plan de fuga. El domingo 22 de abril de 1945, a las 10 de la mañana, a la señal de Bakotić, los internos irrumpieron por las puertas y ventanas del barracón y sorprendieron a los guardias del campo. Unas seiscientas personas desesperadas se precipitaron por el espacio despejado hacia la puerta sureste, sufriendo importantes bajas a manos de los guardias que les disparaban desde los nidos de ametralladoras. En las caóticas circunstancias, Mile Ristić, uno de los internos, logró apoderarse de una ametralladora y devolver el fuego, protegiendo así a los participantes en la fuga.
Los supervivientes, tras atravesar la puerta sureste, se dirigieron al bosque donde encontraron refugio y libertad.
Motivos del sello, la viñeta y el sobre: Santos Nuevos Mártires de Jasenovac, obra de la monja Marija, representada con el consentimiento de Su Excelencia el obispo Jovan de Pakrac y Eslavonia.
Colaboración profesional: Museo de las Víctimas del Genocidio y la Diócesis de Pakrac y Eslavonia, Iglesia Ortodoxa Serbia. Realización gráfica: MA Anamari Banjac, Pintora académica