Asentamiento en las Islas Feroe
Durante la época vikinga (800-1050 d. C.) en Escandinavia, los vikingos zarparon hacia 18 islas remotas del océano Atlántico: las Islas Feroe.
Las investigaciones arqueológicas en las Islas Feroe indican que el primer asentamiento nórdico comenzó en el siglo VIII, y para el siglo IX, ya se habían establecido asentamientos permanentes en las islas. Los análisis de granos de cebada sugieren que la actividad humana en las Islas Feroe es anterior a este período. La datación de granos de cebada quemados, hallados bajo una casa de la época vikinga en el pueblo de Sandur, permite confirmar la actividad en los siglos IV y VI, así como en los siglos VI y VIII. Sin embargo, la datación no puede determinar el alcance de esta actividad ni los orígenes de las personas involucradas.
Los hallazgos de las excavaciones arqueológicas muestran que los colonos de la época vikinga en las Islas Feroe construyeron grandes granjas con casas comunales, dependencias y recintos de piedra a lo largo de fiordos y estrechos. Las granjas estaban ubicadas cerca del mar, lo que facilitaba el arrastre de embarcaciones para pescar y viajar entre islas y otras tierras. Además de su proximidad al mar, el acceso al agua dulce era crucial tanto para el consumo doméstico como para el ganado. Esto es evidente en asentamientos vikingos como Niðri á Toft en Kvívík y Toftanes en Leirvík, donde ambas granjas se encuentran cerca de la costa y de un arroyo.
Se han descubierto diversos artefactos que arrojan luz sobre la vida cotidiana en estos asentamientos. Por ejemplo, se han encontrado vasijas de esteatita, malacates, huesos de animales cerca de chimeneas, piedras de afilar cuchillos y cuentas decorativas, que indican actividades como el trabajo de la lana y la preparación de alimentos. Otros descubrimientos interesantes incluyen juguetes infantiles. En Niðri á Toft en Kvívík, se han encontrado caballos y barcos de juguete de madera, que reflejan las actividades de sus padres, quienes montaban a caballo y navegaban en barco. Además de juguetes infantiles, también se han desenterrado piezas de juego y juegos de mesa. En la granja vikinga de Toftanes, Leirvík, se ha descubierto un tablero de ajedrez con dos tableros tallados. Una cara presenta un tablero para el juego vikingo hneftafl (un juego de estrategia similar al ajedrez), mientras que la otra cara muestra un tablero para el juego "Nine Men's Morris". Estos hallazgos sugieren que las personas en la época vikinga también participaban en actividades de ocio. Otras excavaciones y hallazgos aportan información sobre las prácticas religiosas de la época.
En Tjørnuvík, Yviri í Trøð, se han descubierto tumbas vikingas, con enterramientos orientados en diferentes direcciones. Algunos de los difuntos fueron enterrados con objetos, incluyendo a una joven que fue enterrada con un alfiler de vestir, una aguja larga utilizada para sujetar la ropa. Estos alfileres constituyen la evidencia más temprana de asentamiento en las Islas Feroe durante la época vikinga.
En Toftanes, Leirvík, se ha encontrado un crucifijo de madera bien conservado. Mientras tanto, las excavaciones en Yviri í Trøð han revelado evidencia de paganismo nórdico (creencias precristianas), mientras que el crucifijo de Toftanes simboliza el cristianismo. Esto sugiere que tanto el paganismo nórdico como el cristianismo se practicaron simultáneamente durante la época vikinga. Gracias a las excavaciones y los descubrimientos arqueológicos, comprendemos qué era significativo tanto para niños como para adultos en la sociedad vikinga. Estos artefactos, junto con los objetos representados en los sellos, pueden verse en las salas de exposiciones del Museo Nacional de las Islas Feroe en Tórshavn.
Ph.D. Ann Sølvia Selmarsdóttir Purkhús