Osijek, una de las ciudades más atractivas de la Croacia continental, es una joya esencial del turismo urbano y el centro de la hospitalidad eslava. Su completo calendario de eventos durante todo el año, que incluye eventos deportivos, culturales, enogastronómicos y económicos, ha posicionado a Osijek como un destino que siempre se puede visitar con una nueva razón. La ciudad, que valora con orgullo su patrimonio cultural e identidad histórica, al mismo tiempo define activamente su oferta turística contemporánea. Ofrece a sus visitantes la experiencia única de Eslavonia como un destino auténtico que, respetando su tradición, satisface con éxito las demandas del mercado turístico moderno. Este enfoque se refleja en la creación de nuevos eventos, el uso de recursos de infraestructura, el modelo de desarrollo del emprendimiento turístico y la formación continua de todas las generaciones de participantes en la industria turística.
La Fortaleza Tvrđa de Osijek
La Tvrđa barroca, la parte más antigua que se conserva de Osijek, fue construida en la primera mitad del siglo XVIII como una monumental fortaleza militar y civil. Diseñada según las normas de las fortificaciones de las tierras bajas, incluía un sólido sistema defensivo, y hoy en día la parte norte de las murallas, con Vodena Vrata (Puerta del Agua), una de las cuatro entradas originales, aún se conserva. La plaza principal, Trg Svetog Trojstva (Plaza de la Santísima Trinidad), lleva el nombre de la estatua en su centro, y también alberga el imponente Palacio del Generalkomande, hoy sede del Rectorado de la Universidad de Osijek. Junto al Museo de Eslavonia y el Museo Arqueológico de Osijek, Tvrđa alberga numerosas instituciones educativas, cafeterías y espacios expositivos, cuyos visitantes rejuvenecen su carácter centenario con su ritmo.
La Concatedral de San Pedro y San Pablo
La Concatedral neogótica de San Pedro y San Pablo, situada junto a la plaza principal de la ciudad, es un símbolo de Osijek y la segunda iglesia más alta de Croacia. Se construyó entre 1894 y 1898 según los diseños del arquitecto Franz Langenberg y por iniciativa del obispo Josip Juraj Strossmayer, famoso mecenas croata originario de Osijek. Se emplearon aproximadamente tres millones y medio de ladrillos rojos en su construcción, y el interior está decorado con frescos de Mirko Rački, quien pintó la iglesia entre 1938 y 1942. Gracias a su monumentalidad y a la abundancia de detalles neogóticos, la concatedral es una visita obligada para todo visitante y forma parte permanente del perfil del horizonte de Osijek.
Oficina de Turismo de la Ciudad de Osijek