Este año conmemoramos 110 años del inicio de la Primera Guerra Mundial, uno de los conflictos militares más grandes de la historia de la civilización, en el que participaron más de 70 millones de personas en armas. El ejército del pequeño estado balcánico de Serbia será recordado por su heroica epopeya, que comenzó con la Batalla de Cer en 1914, la primera victoria aliada en la Primera Guerra Mundial contra las fuerzas austrohúngaras, incomparablemente más numerosas; seguida por la Batalla del Gólgota albanés en 1915 y el desembarco en Corfú en 1916; continuando con la gran y significativa victoria en Kaimaktsalan en 1916 y, finalmente, la ruptura del frente de Tesalónica en 1918 y la orgullosa carrera hacia la liberación final de la Patria.
Durante toda la guerra, los soldados serbios destacaron por su coraje, resistencia, resiliencia y caballerosidad, a pesar de las difíciles condiciones y la superioridad enemiga. La población civil de la Serbia ocupada sufrió terriblemente debido a la ocupación y las operaciones bélicas, pero aun así se mantuvo decidida a apoyar a sus soldados en la lucha por la libertad, demostrando unidad nacional y solidaridad.
Serbia emergió de la Primera Guerra Mundial como uno de los países victoriosos, pero pagó las consecuencias con enormes pérdidas: se estima que más de un millón de personas murieron o resultaron heridas durante la guerra que cambió para siempre el curso de la historia.
Motivo del sello: Monumento al Héroe Desconocido en Avala, Ivan Meštrović, 1938.
Motivos en las viñetas: Héroes: soldados serbios de la Primera Guerra Mundial y condecoraciones serbias; de la colección de la Sociedad Adligat, legado de la familia Leko. Motivos en el sobre de primer día: fotos de héroes: soldados y civiles serbios de la Primera Guerra Mundial y proyectiles de artillería que los soldados serbios grabaron, procesaron en tazas y utilizaron en las trincheras; de la colección de la Sociedad Adligat, legado de la familia Leko.