La larga tradición de relaciones diplomáticas y amistosas entre Serbia y Egipto y sus dos pueblos, que se remonta a 1908, se basa en fuertes lazos económicos y políticos, una tradición de buenas relaciones y la coincidencia de objetivos y puntos de vista a lo largo de una larga historia de cooperación, durante la cual ambas naciones compartieron importantes momentos históricos.
El Reino de Serbia abrió un consulado en El Cairo en 1908 y, con la independencia de Egipto en 1922, el consulado ascendió a la categoría de consulado general y, en 1926, recibió la categoría de embajada. El primer encargado de negocios del entonces Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos en Egipto fue Jovan Dučić. Hasta el final de la Segunda Guerra Mundial e inmediatamente después, las relaciones entre ambos países experimentaron oscilaciones ocasionales, pero tras el establecimiento de la República Árabe de Egipto en 1952, las relaciones entre ambos países tomaron una senda ascendente. Los entonces jefes de Estado, Josip Broz Tito y Gamal Abdel Nasser, forjaron una sólida amistad entre ambos países y unas relaciones personales excepcionales al compartir, como fundadores del Movimiento de Países No Alineados junto con el presidente de la India, Jawaharlal Nehru, una visión común del mundo en la que el Movimiento de Países No Alineados constituía un contrapeso a la división del mundo en bloques, el colonialismo y la carrera armamentística.
Las relaciones entre ambos países en el siglo XXI experimentaron un nuevo impulso, y los tradicionales lazos de amistad entre ambos pueblos y la buena cooperación económica, especialmente en los ámbitos del turismo, la agricultura y la economía, así como en las tecnologías de la información y la comunicación, cobraron un nuevo impulso con la reciente e histórica visita del presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, a Belgrado.