El Día de la Policía Serbia se conmemora en memoria de 1862, cuando los gendarmes serbios desempeñaron un papel crucial en los conflictos cerca de la fuente de Čukur, en Belgrado, el Domingo de la Trinidad, y durante el bombardeo turco de Belgrado al día siguiente.
Los agentes siempre han sido una parte importante de la Policía Serbia.
Las raíces de la actividad policial y de patrullaje en Serbia se remontan a la primera mitad del siglo XIX. Los primeros agentes del orden, defensores de la ley y la justicia, llamados patrulleros o intendentes, se incorporaron a la policía municipal en la década de 1830.
En aquella época, las calles de Belgrado estaban custodiadas principalmente por guardias turcos. Debido a las frecuentes quejas sobre su celo, el jefe de la policía de Belgrado contrató a un gran número de policías serbios, intendentes, quienes, ataviados con traje nacional y sin uniforme reconocible, asumieron el control de las calles de Belgrado por primera vez. Por decisión del primer policía de la ciudad, y para mayor seguridad ciudadana, Belgrado también recibió alumbrado público con 10 faroles que se distribuyeron por toda la ciudad.
En 1862, se formaron los guardias nocturnos municipales. Estaban equipados con un silbato, una linterna de mano y una cuerda de atar, y tres años más tarde, con la adopción del Reglamento de la Guardia Nocturna, se les dio uniforme por primera vez.
A partir de 1928, los oficiales se clasificaban por clases, se les asignaba un número oficial en la hebilla del cinturón, vestían un uniforme similar al de la gendarmería y algunos patrullaban en bicicleta.
Las patrullas de oficiales modernas se establecieron inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, en 1946. Estaban compuestas por milicianos populares, quienes en 1966 recibieron un nuevo uniforme, parte del cual era una reconocible "titovka" con una estrella roja de cinco puntas, que muchos aún recuerdan.
La actividad policial se abolió en 1991 y, por iniciativa del ministro Aleksandar Vulin, este año los agentes regresaron a nuestras calles.
Desde el nombramiento de Jakov Nenadović como primer ministro del Interior en 1811 hasta la actualidad, la policía ha experimentado numerosos cambios, pero algo se ha mantenido igual: siempre al servicio de sus ciudadanos.
