Impresionantes montañas, imponentes glaciares, ciudades históricas y valles escarpados: la colección de sellos lanzada en 2024 está dedicada a las atracciones suizas. Una vez más, los diseños te transportarán a cuatro lugares de interés nacional.
Un idioma bernés secreto
El Aar envuelve el casco antiguo de Berna como un abrazo. Justo al lado del río se encuentra el barrio de Matte, el más antiguo de la ciudad. Si bien ahora es una codiciada zona residencial, antaño albergó a la comunidad más pobre de Berna, que desarrolló su propio dialecto. Varias palabras se incorporaron al alemán bernés, como "Gieu", que significa "niño". Los residentes también inventaron un idioma secreto, el Mattenenglisch, intercambiando sílabas y vocales. Según el intérprete en línea del Club Matteänglisch, por ejemplo, la palabra en alto alemán para sello se transformaría de "Briefmarke" a "ief 'bre-irke'me".
Vista de un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
El corazón de los Alpes suizos, Jungfrau-Aletsch, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es el Gran Glaciar Aletsch. En el Aletsch Arena (una zona de esquí y senderismo en el Valais que incluye los glaciares Fiescheralp, Riederalp y Bettmeralp), diversos miradores permiten admirar el glaciar más grande de los Alpes, que se extiende a lo largo de unos 20 kilómetros. Los miradores se encuentran en Hohfluh, Moosfluh, Bettmerhorn y Eggishorn. También famosos por su energía natural y revitalizante, son fácilmente accesibles en tren de montaña.
El imán de Alpstein
Justo debajo del Ebenalp, en Appenzell, se encuentra el albergue de montaña Aescher-Wildkirchli, enclavado cerca de la escarpada pared rocosa. Esta imagen ha dado la vuelta al mundo gracias a National Geographic. Conocido cariñosamente como el "imán de Alpstein", es uno de los albergues de montaña más antiguos de Suiza. Ermitaños y pastores recibían huéspedes aquí ya en 1800. Otro atractivo son las cercanas cuevas de Wildkirchli, famosas por sus hallazgos prehistóricos, que demuestran por primera vez que los neandertales también habitaron los Alpes.
Un valle con tradición
El Valle de Verzasca, en el Tesino, ofrece aguas turquesas, pueblos pintorescos e impresionantes puentes de piedra. Y si explora la región con más profundidad, también descubrirá la artesanía tradicional. Sonogno, el último pueblo del valle, alberga la Casa della lana, donde las mujeres peinan, hilan y tiñen la lana de oveja para su procesamiento. La lana se tiñe con sustancias naturales, como hojas de abedul para obtener tonos amarillos, hojas o conchas de nogal para obtener tonos marrones y raíces de rubia común para obtener tonos rojizos.