El 28 de julio de 2025, La Poste emitió un sello con la imagen de Gisèle Halimi, abogada y figura feminista fallecida hace cinco años.
A lo largo de su vida, Gisèle Halimi (1927-2020), cuyo verdadero nombre era Zeiza Taïeb, fue una apasionada defensora de los derechos de las mujeres, un espíritu comprometido y profundamente libre. Nació en Túnez, en una sociedad patriarcal asfixiante. Desde muy joven, se rebeló contra el destino preestablecido que le impuso su familia, comenzando por la tradición que consideraba a una niña menos importante que un niño. A los 10 años, no dudó en iniciar una huelga de hambre para negarse a servir la mesa a su padre y hermanos, y ganó su caso. Su primera victoria feminista...
Halimi estudió derecho en Francia y se incorporó al Colegio de Abogados de Túnez en 1949.
Figura destacada en la lucha anticolonialista, trabajó por la independencia de Túnez y Argelia (1956), antes de continuar su carrera jurídica en París. Lideró importantes casos que contribuyeron a cambiar actitudes y leyes. Entre ellos se incluyen el caso Djamila Boupacha en 1960, que expuso las prácticas de tortura del ejército francés, y el emblemático juicio de Bobigny en 1972, donde defendió a una menor juzgada por abortar tras una violación: un paso decisivo hacia la legalización del aborto (1975).
Abogada, feminista y política durante varios años, Gisèle Halimi participó activamente en la asociación Choisir la cause des femmes (Elegir la causa de las mujeres), que fundó junto con Simone de Beauvoir. Pero también luchó contra los crímenes de guerra estadounidenses en Vietnam, apoyó a los militantes vascos de ETA durante la dictadura franquista y defendió la causa del pueblo palestino. Gisèle Halimi nos dejó este consejo: «Nunca te rindas». Este fue el principio rector de su vida.