¡Tu copa es tu vida!
Vierte en ella cada día buenas obras,
gloriosas obras para tus compatriotas,
para tus compatriotas y para tu patria! (“La Copa de la Inmortalidad”)
Considerado el mayor poeta narrativo de Eslovenia, Anton Aškerc también fue sacerdote, archivista, viajero, editor y traductor, entre otras cosas. Como crítico acérrimo de las condiciones sociales, se ganó una gran popularidad a los ojos de la nación, demostrando en sus obras que debemos crear nuestro propio paraíso en la tierra, en esta vida, no solo en el más allá.
Se hizo famoso con su primer poemario, Balade in romance, a pesar de las críticas y la oposición en los círculos eclesiásticos, donde sus ideas nacionales, librepensadoras y progresistas fueron desaprobadas. Comprendió que, cuando estaban en juego los intereses de todos los eslovenos, había que mirar más allá de la política y la religión y considerar los intereses de la nación en su conjunto. Viajó extensamente, especialmente por las tierras eslavas y Oriente Medio. Uno de los objetos que trajo consigo de sus viajes por Oriente Medio fue un rosal joven de Damasco, que plantó junto a su casa en Senožete. La familia Aškerc lo ha cuidado desde entonces y aún florece en el exterior de lo que hoy es la Casa Museo Aškerc.
Anton Aškerc fue también el primer archivista jefe del Archivo Municipal de Liubliana y el responsable de introducir el principio de procedencia (también conocido como respeto de los fondos) en la práctica archivística eslovena. En 2026 se conmemoran varios aniversarios relacionados con Aškerc, y se está preparando una ruta literaria en su honor en Rimske Toplice y sus alrededores.