Gibraltar y Liechtenstein se han unido para emitir una serie especial de sellos conmemorativos del halcón peregrino (Falco peregrinus): un ave famosa por su fuerza, velocidad y elegancia. Considerado el animal más veloz del planeta, el halcón peregrino puede alcanzar velocidades en picado superiores a los 320 km/h (200 mph) al perseguir a su presa. Con una vista aguda, estimada ocho veces superior a la del ser humano, caza con una precisión extraordinaria.
Presente en todos los continentes excepto la Antártida, el halcón peregrino personifica la adaptabilidad y la resistencia. En Gibraltar, anida en los escarpados acantilados de piedra caliza del Peñón, donde a menudo se puede observar a los adultos sobrevolando el estrecho o posados en los salientes costeros, escudriñando el mar. Su imponente presencia sobre la puerta de entrada entre Europa y África lo ha convertido en un símbolo de vigilancia y fuerza.
En Liechtenstein, el dominio del halcón peregrino se extiende entre picos y valles alpinos, donde planea sin esfuerzo aprovechando las corrientes térmicas de montaña y anida en riscos rocosos sobre el valle del Rin. Estos hábitats contrastantes, mar y montaña, ilustran bellamente la distribución global del ave y su capacidad para prosperar desde acantilados costeros hasta grandes altitudes.
En esta ocasión, cada país ha emitido un par de sellos que representan al halcón peregrino en su entorno natural: los diseños de Gibraltar capturan al halcón tanto en vuelo como posado sobre el Peñón; mientras que los sellos de Liechtenstein lo presentan elevándose con elegancia sobre cumbres alpinas y con un valle de montaña de fondo. Juntos, los cuatro diseños forman una colección que une mar y cielo, norte y sur; dos pequeñas naciones vinculadas por una admiración compartida por la naturaleza.
Más allá de su atractivo estético, los sellos transmiten un profundo mensaje de resiliencia. Tras haber estado al borde de la extinción en algunas zonas de Europa debido al uso de pesticidas, el halcón peregrino ha protagonizado una de las mayores recuperaciones en la historia de la conservación gracias a los esfuerzos internacionales de protección. Su resurgimiento es un testimonio de la cooperación global, al igual que esta iniciativa conjunta, y un recordatorio de lo que se puede lograr cuando las naciones colaboran para preservar el mundo natural que las rodea.
Esta colaboración, centrada en la migración del joven halcón peregrino entre los Alpes y el Mediterráneo, rinde homenaje tanto a la fauna silvestre como a la belleza imperecedera de este magnífico animal, verdadero símbolo de velocidad, fuerza y supervivencia.
