Srećko Puntarić nació en 1952 en Zagreb. Después de graduarse en la Facultad de Ingeniería Mecánica y Arquitectura Naval de Zagreb, trabajó como diseñador durante varios años. Se dedicó a la caricatura en 1975 cuando comenzó a publicar en la renovada revista de humor Kerempuh. Aunque Puntarić entró en la escena croata cuando los doyens de la caricatura croata, Oto Reisinger e Ico Voljevica, eran excepcionalmente populares y activos, junto a caricaturistas como Joško Marušić y Mladen Bašić en la revista Kerempuh en ese momento, no se apoyó en nadie de su entorno en su expresión artística. La forma artística de Puntarić fue principalmente influenciada por el caricaturista francés Jean-Marc Reiser, cuyo estilo de dibujo y enfoque del humor transformó de acuerdo con su carácter y sentido personal de visualizar ideas humorísticas.
A lo largo de casi medio siglo de actividad pública, el estilo de dibujo de Puntarić no ha cambiado significativamente. Su personaje Felix mantiene consistentemente la misma estilización de primitivismo, lo que resulta en personajes muy reconocibles con narices extremadamente grandes que son entrañables y divertidos en su fealdad, mientras que el entorno se reduce a características básicas. La mayoría de las veces, todo está contenido en un solo dibujo, pero ocasionalmente la idea se divide en dos, tres o cuatro dibujos, que casi invariablemente coloca en formato cuadrado. Obtuvo un reconocimiento significativo a través de la publicación diaria de Felix en Večernji list (desde 1995 hasta la actualidad), y desde 2002, ha sido un colaborador habitual de Glas Koncila con caricaturas tituladas "Cómo despertar a un cristiano". Desde 2016, publica regularmente en la revista profesional Zavarivanje, y desde 2017, también contribuye a la revista Lovački vjesnik.
A lo largo de su prolífica carrera, publicó caricaturas en Vjesnik (1987–1995) así como en numerosas revistas nacionales (SN Revija, Sprint, Žalac, Radost). También fue colaborador de revistas de humor europeas (Nebelspalter y Eulenspiegel). Curó una serie de exposiciones en Croacia y en el extranjero, publicó 33 libros de caricaturas, participó en numerosas exposiciones colectivas internacionales y ganó varios premios en estos eventos. Por sus méritos especiales en la cultura, fue galardonado en 1995 con la Orden de Danica hrvatska con la imagen de Marko Marulić. Fundó su propia galería de humor y caricaturas llamada Felix Fun Factory, que operó desde 1994 hasta 2012.
Las caricaturas de Puntarić nos divierten todos los días al exponer la estupidez y la ingenuidad humanas, señalando conceptos erróneos y la codicia, destacando las pequeñas debilidades de los individuos y los errores significativos en los sistemas sociales y políticos. Sus obras dan la impresión de que con un poco de buena voluntad, el mundo podría ser un lugar mejor mañana que hoy.
