El 10 de noviembre de 2025, La Poste (el servicio postal francés) emitió un sello de su serie artística con la obra de Jacques-Louis David, Las sabinas, para conmemorar el bicentenario de su muerte.
Esta pintura guarda relación con la historia postal, ya que el sello de uso general emitido entre 1977 y 1982, titulado Las sabinas de Gandon, mostraba la cabeza de la heroína Hersilia, representada en el centro del cuadro de Jacques-Louis David.
David tenía cincuenta años cuando terminó de pintar el inmenso lienzo de Las sabinas. El pintor ya había alcanzado renombre tras el éxito de su Juramento de los Horacios en 1785: su visión rigurosa, enérgica y pura de la historia romana antigua lo catapultó a la vanguardia de la pintura francesa. Mientras tanto, el artista sufrió una mala reputación debido a su total compromiso político con la Revolución durante su fase más radical, que comenzó en septiembre de 1792. La caída política de Robespierre a finales de julio de 1794 provocó la de su amigo David. Encarcelado durante varios meses, fue acusado de haberse comprometido con un gobierno reducido a la idea del «Terror». El cautiverio impulsó al pintor a retomar su arte: entre las diversas ideas que concibió entonces, la de las Sabinas encontraría su culminación cinco años después. El tema rara vez se ha representado: no se trata del famoso episodio del rapto de las sabinas por los primeros romanos. La acción transcurre unos meses más tarde, cuando los sabinos, impulsados por la sed de venganza, atacan la ciudad cercana a Roma para recuperar a sus hijas y hermanas. Pero las mujeres, ya madres, intervienen. Por primera vez en su carrera, David confió la acción central de una importante pintura histórica a una mujer: Hersilia ordena a su esposo Rómulo que cese su lucha contra Tacio, rey de los sabinos. A su alrededor aparecen seis mujeres de todas las edades, expresando los sentimientos de humanidad que triunfan sobre los impulsos de venganza que dominan a los hombres. En el clima de guerra civil latente que caracterizaba a la joven República Francesa, Las sabinas de David resuena como un llamado a la reconciliación nacional. La pintura también nos invita a tener en cuenta la sabiduría política de las mujeres, en gran medida olvidada por el progreso revolucionario.